lunes, 12 de septiembre de 2011

DEVOCIONAL LUNES MATEO 26:1-16

Mat 26:1  Cuando Jesús terminó de enseñar, dijo a sus discípulos:
Mat 26:2  «Ustedes saben que dentro de dos días va a celebrarse la fiesta de la Pascua. Durante la fiesta, yo, el Hijo del hombre, seré apresado y moriré clavado en una cruz.»
Mat 26:3  En esos días, los sacerdotes principales y los líderes del país se reunieron en el palacio de Caifás, que era jefe de los sacerdotes.
Mat 26:4  Todos ellos se pusieron de acuerdo para ponerle una trampa a Jesús, apresarlo y matarlo.
Mat 26:5  Pero algunos decían: «No hay que hacerlo durante la fiesta, para que la gente no se enoje contra nosotros ni se arme un gran alboroto.»
Mat 26:6  Jesús estaba en el pueblo de Betania, en casa de Simón, el que había tenido lepra.
Mat 26:7  Mientras Jesús comía, llegó una mujer con un frasco de perfume muy caro. La mujer se acercó a Jesús y derramó el perfume sobre su cabeza.
Mat 26:8  Los discípulos se enojaron y dijeron: —¡Qué desperdicio!
Mat 26:9  Ese perfume pudo haberse vendido, y con el dinero hubiéramos ayudado a muchos pobres.
Mat 26:10  Jesús los escuchó, y enseguida les dijo: —No critiquen a esta mujer. Ella me ha tratado con mucha bondad.
Mat 26:11  Cerca de ustedes siempre habrá gente pobre, pero muy pronto yo no estaré aquí con ustedes.
Mat 26:12  Esta mujer derramó perfume sobre mi cabeza, sin saber que estaba preparando mi cuerpo para mi entierro.
Mat 26:13  Les aseguro que esto que ella hizo se recordará en todos los lugares donde se anuncien las buenas noticias de Dios.
Mat 26:14  Ese mismo día, Judas Iscariote, que era uno de los doce discípulos de Jesús, fue a ver a los sacerdotes principales
Mat 26:15  y les dijo: «¿Cuánto me pagan si los ayudo a atrapar a Jesús?» Ellos le ofrecieron treinta monedas de plata.
Mat 26:16  Y desde ese momento, Judas buscó una buena oportunidad para entregarles a Jesús.

1 comentario:

  1. Impactante como un hombre que sabía que unas de las cosas por las que iba a pasar en su ministerio, iba a ser la cruz, siguiera cumplimiento su propósito como si nada. Llega una mujer que lo unge con un perfume y dice es para mí entierro y sigue cumpliendo su ministerio como si lo que fuera a vivir no fuera algo difícil. Sabía que uno de sus discípulos lo iba a entregar y aun así sigue sanando, sigue predicando como si lo que fuera a vivir no fuese difícil. Y me confronta con la manera en la que estoy viviendo mi ministerio, la actitud con la que estoy cumpliendo el propósito que tengo. ¿Qué sucedería si nos enteramos que vamos a vivir algo difícil, a tal punto que nuestra vida se perderá? ¿Será que seguiríamos haciendo las cosas normalmente o con más pasión? Creo que la primer reacción seria no seguir, no arriesgarnos, renunciar, diríamos no vale la pena correr riesgo, renunciaríamos. Lo alentador de todo esto es ver un padre fortaleciéndonos y ayudando a cada a cumplir su propósito en la tierra. Señor que pueda cumplir mi ministerio, que pueda cumplir mi propósito en la tierra no importando el peligro que viva, la traición de los más cercanos. Solo quiero servirte con un corazón sincero, señor que las dificultades solo me lleven a hacer las cosas con más pasión, con mayor esmero, con mayor tenacidad. Lo que vale aquí eres tú, no yo. Tú eres el más importante, el primero y el motivo por el que estamos aquí.

    ResponderEliminar